2.057 – Breves lecciones para pescar una sirena*

martin gardella  Ubique en el mapamundi una zona rocosa donde se permita la pesca costera. Consiga una red de deriva con dimensiones suficientes. Embárquese solo, preferentemente en una nave sin motor. Proteja sus oídos con cera marina y no olvide perfumarse con abundante agua de colonia. Al arribar al lugar de la captura, eche a flotar algún objeto dorado como carnada. Mantenga silencio mientras dure la espera. Cuando una cola de pez se sacuda entre las olas, recoja la red en forma suave y envolvente. Es recomendable liberar a su presa en un lugar seguro y retirado. Disfrute de su nueva compañía conforme su voluntad. Mientras la haga sentir a gusto, ella sabrá como satisfacerlo. Pero recuerde: jamás intente fotografiarla. Y, antes que anochezca, regálele el objeto dorado y regrésela al agua.

Martín Gardella
http://livingsintiempo.blogspot.com.es/2012/03/breves-lecciones-para-pescar-una-sirena.html
* a Javier Perucho

1.947 – La importancia de la música

martin gardella  Se enamoró de ella en una discoteca, al verla sacudir sus curvas al ritmo de “Like a virgin”. Esa misma noche, la besó sobre el asiento reclinado de su automóvil, apenas ella susurró junto a su boca el estribillo de “Bésame mucho”. Más tarde, en un hotel del microcentro, libraron una lucha cuerpo a cuerpo, mientras sonaban las estrofas de “She´s so hot” en la voz de Jagger. Algunos años después, frente a una orquesta de mariachis que tocaba “Si nos dejan”, se juraron amor eterno bajo los estrellas.
Atesoraba una canción en sus recuerdos por cada momento trascendental de su vida. Por eso, la tarde en que descubrió que el amor de su mujer se había extinguido, puso a sonar bien fuerte “I used to love her”, antes de ejecutar los disparos.

Martín Gardella
http://livingsintiempo.blogspot.com.es/2012/05/la-importancia-de-la-musica.html

1.722 – Deducción ilógica

martin gardella  Si la niña de la caperuza no hubiera cruzado el bosque aquella noche, nunca habría tenido aquel encuentro apasionado con el lobo, tras el cual nacieron dos niños gemelos, que serían amamantados por Luperca, su tía paterna.
Puede concluirse, entonces, que si la abuelita no hubiera caído enferma, hoy no existiría la ciudad de Roma.

Martín Gardella

http://www.livingsintiempo.blogspot.com.es/2011/06/deduccion-ilogica.html

1.613 – No es por mala puntería

martin gardella Una multitud camina por las calles de la gran ciudad. Hombres y mujeres avanzan con pasos veloces, de manera desordenada, tratando de no chocarse entre sí, esquivando con audacia los baches y los vehículos que pasan en rojo.
Mientras tanto, desde la terraza de un rascacielos, alguien observa la escena con un arma entre sus manos. Examina individualmente a los caminantes, intentando adivinar a qué se dedican, cuáles son sus gustos y necesidades, si tendrán familia. Busca con dedicación a cada una de sus futuras víctimas escondidas entre la muchedumbre. Por costumbre, prefiere a los sujetos que muestran mayor infelicidad. Nunca elije niños y, salvo escasas excepciones, tampoco ancianos.
Cuando los tiene en la mira, dispara el arma repetidamente. Dos personas se detienen como consecuencia del impacto, pero por error una de ellas no coincide con las elegidas. Una vez más, no hay marcha atrás, el daño está hecho. Pero no le importa. Sabe que, de todos modos, da lo mismo.
Es imposible acertar todos los tiros si el blanco se mueve con tanta prisa, se justifica Cupido, mientras prepara otra flecha.

Martín Gardella

http://www.livingsintiempo.blogspot.com.es/2012/05/no-es-por-mala-punteria.html

1.589 – Segunda chance

martin gardella Diez años después, todavía él lamenta aquel beso que no dio. Ella, en cambio, gastó una fortuna en terapia para superar su indiferencia. Hoy siguen solos.
Un encuentro casual en el subterráneo les regalará una nueva oportunidad. Sin embargo, ella sólo sonreirá y le contará que está muy bien, que ahora vive en Burzaco. Y él pensará que ella está mucho más linda que en sus recuerdos, pero solo atinará a decirle que fue una alegría encontrarla, que hacía mucho tiempo que no se veían. No se animará a pedirle un número de teléfono, y mucho menos a robarle un beso.
Ella abandonará el subterráneo en la estación Callao, aunque debía bajarse en Malabia, y sus ojos se humedecerán mientras suba la escalera mecánica. Desconcertado, él continuará su viaje hasta la terminal. Se justificará pensando que ella seguramente debe tener pareja, y que Burzaco queda bastante lejos.

Martin Gardella

http://www.livingsintiempo.blogspot.com.es/2012/06/segunda-chance.html