3.316 – Caso del niño y el mago

    La policía de Montecarlo busca desde la semana pasada a un niño de cinco años, desaparecido en la fiesta de su propio cumpleaños. El mago que animaba la velada no pudo concluir su truco más famoso, que consiste en introducir a la gente en una jaula hermética para volverla invisible, porque falleció en pleno acto, de un colapso cardíaco. La joven que asistía al mago se declaró incompetente cuando la concurrencia, muy alarmada luego de comprobar que la jaula seguía vacía, le exigió la devolución pronta del niño.

Eduardo Berti
Mar de pirañas. Menoscuarto. 2012

2.194 – Artificios

Eduardo Berti 2  Todos los miércoles voy a una librería diferente y pido al azar un libro, inventando en el acto un título cualquiera que se me ocurre que un buen libro merecería. «Tiene Artificios? ¿Tiene El último sueño?», le disparo al vendedor que siempre parece un tanto dormido. Si me exigen otros datos -el autor o la editorial-, digo de forma sistemática que no lo sé. Raras veces el libro existe y lo compro. Raras veces ocurre que lo leo y es tal como había supuesto.

Eduardo Berti
La vida imposible. Páginas de Espuma, Madrid, 2014.

2.178 – Tiro en la nuca

eduardo berti  La silenciosa práctica del tiro en la nuca tiene, por supuesto, leyes rigurosas. Su territorio son los autobuses ciudadanos. El matador debe escoger un hombre para nunca moverse del asiento a sus espaldas. Solo una cadena de casualidades hace posible la así llamada «situación de disparo», que ocurre cuando el matador queda sentado tras el último viajante. Los choferes son cómplices, fingen que nada ven, pero en el fondo admiran el olfato de los matadores para adivinar quién será el último que querrá descender. Raramente se oye el fatídico disparo: son demasiadas las casualidades requeridas. Por eso es que bajamos tantas veces vivos del transporte público.

Eduardo Berti
La vida imposible, Páginas de Espuma: Madrid, 2014.

2.052 – La repetición

eduardo berti  Mi existencia es muy curiosa: todo hecho vuelve a sucederme, no importa su relevancia. Condenado a la repetición, espero otra vez los buenos momentos y temo el retorno de aquellas desgracias que he sabido soportar. De mi vida, existe un solo hecho que no se ha repetido: mi nacimiento; aunque me parece recordar otro parto y otro vientre que no es el de mi madre. Pocas veces aguardé en vano que un episodio volviera a ocurrirme. En tales casos, si algo no consigue repetirse, de inmediato descubro mi obtusa confusión: aquel acontecimiento que yo suponía primero renueva, en verdad, algún hecho olvidado. Este texto, por ejemplo, a veces pienso que volveré a escribirlo, otras veces creo que es la copia de otro.

Eduardo Berti
Por favor sea breve 2. Ed. Páginas de espuma. 2009

1.807 – La repetición

Eduardo-Berti1  Mi existencia es muy curiosa: todo hecho vuelve a sucederme, no importa su relevancia. Condenado a la repetición, espero otra vez los buenos momentos y temo el retorno de aquellas desgracias que he debido soportar. De mi vida, existe un solo hecho que no se ha repetido: mi nacimiento; aunque me parece recordar otro parto y otro vientre que no es el de mi madre. Pocas veces aguardé en vano que un episodio volviera a ocurrirme. En tales casos, si algo no consigue repetirse, de inmediato descubro mi obtusa confusión: aquel acontecimiento que yo suponía primero renueva, en verdad, algún hecho olvidado. Este texto, por ejemplo, a veces pienso que volveré a escribirlo, otras veces creo que es la copia de otro.

Eduardo Berti
Mar de pirañas. Nuevas voces del microrelato español.
Edición de Fernando Valls. Ed. Menoscuarto-2012

1.542 – Este libro no existe

Eduardo Berti 2 Un hombre sueña que escribe un libro. Cosa curiosa, el sueño le alcanza para sentarse y escribir de un tirón una corta novela de un centenar de páginas, a la que titula Este libro no existe. El hombre se despierta tras acabar la escritura, aún reconoce el hormigueo del bolígrafo en la yema de los dedos, se lava los dientes y la cara, se viste para dirigirse a su trabajo y en la librería Cervantes, que visita a menudo porque le queda de paso, entre las novedades que se exponen sobre una mesa cuadrada encuentra un libro que en la tapa no sólo lleva su nombre y apellido sino el mismo título de aquel que escribió mientras soñaba. El hombre compra el libro y lo lleva al trabajo. Pocas horas más tarde, ya en su casa, cena a toda prisa con el fin de leerlo metido en la cama, pero pronto descubre que este libro nada tiene que ver con el del sueño. Más aún, el libro que ha comprado no le gusta, le resulta un melodrama intragable. Claro que lleva su apellido en la tapa y -sólo ahora lo advierte- una foto suya en la solapa, de manera que se siente responsable de su existencia en el mundo y se obliga a completar su lectura. Es muy tarde cuando apaga la luz y se queda dormido. llega el día siguiente y ningún rastro hay del libro sobre la mesa de noche, ni tampoco en la librería. «Jamás he oído mencionar esa novela»,se disculpa un vendedor. En ese mismo instante el hombre se despierta, busca en vano el libro por todas partes, se levanta, se lava los dientes y la cara, hace un corto llamado («lo siento… un dolor de cabeza… hoy no podré…»), se viste, prepara café y por fin se sienta a la mesa ovalada de la cocina, para ponerse a escribir una novela acerca de cierto hombre que escribe una novela que resulta, a la postre, opuesta a aquella que planeaba.

Eduardo Berti
La otra mirada. Antología del microrrelato hispánico. Ed. Menoscuarto. 2005

1.460 – El milagro

Eduardo Berti 2 Según mi amigo L., Cristo vivió siete días antes de Cristo porque nació el 24 de diciembre y el primer año cristiano no comenzó hasta el 1º de enero siguiente a su nacimiento. Mi amigo, que es ateo, no cree en ningún milagro de Jesús, excepto en este de haber vivido antes de sí mismo.

Eduardo Berti
Por favor sea breve 2
Ed. Páginas de espuma 2009

1.154 – Desde atrás

 Un amigo pintor prepara, sin prisa, una exposición de cuadros célebres vistos «desde atrás». Todo empezó el día en que se le ocurrió pintar como si estuviera ubicado realmente a espaldas de la Gioconda. En algunos cuadros, mi amigo resolvió espiar por los ojos de algún personaje perdido en el horizonte. En otros, hizo como si existiera allí tal personaje. Esto coloca a mi amigo en posición desventajosa porque debe contentarse con las migajas de los cuadros famosos, mientras que los artistas que él reverencia pasan a ser protagonistas de estas obras invertidas: la espalda de la Mona Lisa puede parecerse a cualquier espalda, no así el rostro de Leonardo contemplándola.
Aunque la idea me resulta ingeniosa, últimamente he comenzado a sospechar que esconde una intención velada. ¿No será que mi amigo anhela, en última instancia, que alguien vuelva a pintar en un futuro estas obras que se dicen canónicas, para que en ellas de frente y a las claras, se materialice un artista fisgón?

Eduardo Berti
El límite de la palabra (Edición de Laura Pollastri) ed. Mesnoscuarto, 2007
La vida imposible (Emecé, Buenos Aires, 2002)