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Espido-Freire3  Era muy hermosa, pero sólo le interesaban las flores. Harta de rechazar admiradores, se casó. Enviudó joven, y volvió a casarse. Cuando envejeció, casada por cuarta vez, descubrió unas arrugas y que ya no le acosaban los hombres. Entonces dejó de matarlos. El guano, al fin y al cabo, resultaba mejor abono.

Espido Freire
Cuentos malvados. Paginas de espuma. 2010