3.605 – Los cuentos, 4

  Comió el corazón que le trajeron, tal y como ordenaba la tradición, pero esa noche no pudo dormir. Inquieta, ordenó llamar al cazador, que le aseguró que el corazón era de la princesa, y como prueba le mostró también su cabeza. La reina sonrió, apaciguada.
Odiaba la carne de ciervo.

Espido Freire
Antología del microrelato español (1906-2011). Ed. Catedra.2012