3.609 – Clareando

  Hoy he visto salir apresurado a Sebastián, el oculista, de la tienda de encurtidos. Ha entrado en su óptica justo en el momento en el que Felipe, el dueño de las olivas y los pepinillos, aparecía por la esquina. Cuando este ha llegado a su establecimiento, Mercedes, que es su esposa, justo volvía de la trastienda retocándose el pelo y la bata blanca. Al momento, Sebastián ha salido a su puerta a fumar nervioso y me ha visto en la ventana. Le he mantenido la mirada por primera vez. Y él a mí. Y justo en ese momento he decidido dar por terminado el luto. Ahora mismo me pongo ropa clara y voy a que me mire la vista. Ya va siendo hora de que me hagan un repaso.

Miguelángel Flores
De lo que quise sin querer – Ed. Talentura – 2014