1.806 – Esposa

isabelgonzalezG  Él, que una vez, apretando el puño, juró comprimir el carbón para fabricarle diamantes. Él, este día de sesenta años más tarde, se yergue apenas dentro del autobús en marcha. Una mano asida a la barra vertical, la otra apoyada en el respaldo y cuando el vehículo frena en López de Hoyos con Cartagena, soltar ambas como lanzarse desde un trapecio. Es decir, saber, pero nunca saber del todo, que ella lo recogerá y alcanzarán la salida. Ella, que jamás le pidió un diamante por no humillar su puño.

Isabel González
Mar de pirañas. Nuevas voces del microrelato español.
Edición de Fernando Valls. Ed. Menoscuarto-2012

Deja un comentario