Las figuras del ajedrez, en perfecta ordenación, son ejércitos dispuestos a matarse por defender a su rey. Cuánto más me gustan amontonadas en la caja, las fichas mezcladas, ya sean blancas o negras, al margen del rango y sexo, tumbadas unas sobre otras, en una hermosa orgía bicolor. Ojalá así fueran las guerras de verdad: una reina bajo un peón, el rey besando al alfil, dos torres de la mano sin que nadie las mire mal, y un final en tablas, sin vencedores ni vencidos.
2 comentarios en «2.108 – La guerra ideal»
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Muchas gracias, Carlos, por traer mi utopía a tu casa
La humanidad sería diferente si nos aplicáramos el cuento y dejáramos a un lado las diferencias.
Excelente micro Sr. Ximens.
abrazos