Román les despertó como de costumbre, a las nueve. Después de tomar un baño y vestirse, bajaron al comedor. Los señores, que aún no sabían nada, vieron que no estaba puesto el desayuno. Esperaron unos minutos. Llamaron, registraron la casa y el jardín, pero no la encontraron. Entonces hicieron mil siniestras suposiciones. Cuando fue a calentarse el café, la señora de la casa descubrió sobre la mesa de la cocina un papel con letra clara y redonda: «Estoy colgada en la despensa. Suya, Rosa»
Un comentario en «3.114 – Impuntualidad»
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No deseo recibir más cuentos por correo y no sé como retirarme.
Muchas gracias por todo.
Francisco Javier Gómez Rodríguez
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